Tras la seriedad anterior, necesaria y justa, sin embargo no debemos olvidar la jocosidad que inunda estas misivas machadianas que tanto orgullo nos estan proporcionando, pues varias son ya las felicitaciones que desde distintos puntos del planeta Tierra, o del Mundo mundial (como diría Manolito Gafotas), nos están llegando. Aunque hemos de observar la máxima que dice: "Quien empieza a creerse lo que se le dice, pierde el encanto de tal virtud de inmediato". Así que seamos humildes y sigamos con nuestras pinceladas sorianas, en las cuales, a pesar de su aparente banalidad, se encuentran los misterios más profundos del ser humano: la vida, la muerte, Dios, el amor y la amistad.
En primer lugar, un saludo enorme