martes, 15 de abril de 2008

Cuaderno de Soriócora II: Ermitas de San Saturio y San Polo o paseando a Leonor antes de su muerte

Hoy hemos andaaaaaaaaaaado mucho. Acabamos de llegar a la residencia tras una larga jornada.
Hemos dado un largo paseo por la ribera del Duero. Lo más llamativo ha sido la ermita de San Saturio y los restos de un monasterio medieval, en el cual las insustituibles Mónica, Paola y Marta nos han leído la leyenda soriana escrita por Bécquer El Monte de las Ánimas, ya que dicho monte se encuentra en sus cercanías.
La ermita de San Saturio ha sido toda una sorpresa pues se erige sobre unas rocas a una altura considerable y su retablo está labrado en dorado con muchas filigranas.
También hemos visitado varias iglesias. La Concatedral estaba cerrada cuando hemos llegado, así que no hemos podido ponernos en contacto con el tío de Paco, un sacerdote llamado don Joaquín.
Como ya habéis leído en el título de esta crónica, el paseo que hemos realizado esta mañana era el que solía hacer Machado llevando en una silla de ruedas a su querida Leonor cuando ésta ya estaba herida de muerte por una variación de la tuberculosis. Machado, triste por dentro pero mostrándose esperanzador por fuera, daba largas caminatas por la orilla del Duero intentando que el aire saludable de la zona mejorara la salud de su mujer. Pero no pudo ser. Cuando la tristeza embargaba al poeta, dejaba sola a Leonor sentada en su silla y, apartándose unos metros de su amor, lloraba desconsolado conocedor de que el final nunca deseado estaba cerca. Leonor, con una entereza impropia de una muchacha de su edad, nunca se quejaba, siempre tenía buenas palabras de consuelo...
En fin, dejemos las tristeza de lado. Por ahora nos despedimos; en poco tiempo colgaremos todas las fotos que podamos de las jornadas de ayer tarde y de esta mñana.
Un saludo. Un abrazo. Hasta pronto.