viernes, 18 de abril de 2008

Cuaderno de soriácora con sentimientos de verdad




La emoción ya ha comenzado a adueñarse de todos nuestros muchachos/as. No mentimos: auténticos torrentes de lágrimas sinceras han surcado la tez de muchos de los chavales. Tres cántabros, por motivos deportivos, acaban de partir hacia su patria chica.
La despedida ha sido digna de ver: los ojos no eran tales, sino transmisores de sentimientos profundos que, sin duda, han imitado a la Laguna Negra, pues la profundidad que se ha reflejado en ellos era la auténtica muestra de que algo nuevo ha nacido en los corazones de estos alumnos/as.
Lágrimas, lágrimas, lágrimas de despedida; emoción, no contenida, sino expresada con total libertad, sin miramientos, asumiendo que este sentimiento, el del enternecimiento y la turbación, nos hace mejores personas.
Si esto ha ocurrido hoy, ¿qué pasará mañana? Creemos que una alborada de afectos surgirá de nuestros espíritus y el hermanamiento cántabro-monovero no será flor de un día, Dios así lo quiera, sino que tendrá continuidad en el horizonte vital de nuestros muchachos y muchachas.